martes, 5 de febrero de 2013

Pensamiento sobre luz natural



Debate sobre iluminación

Como hemos observado en los informes técnicos, la luz natural puede llegar a cuantificarse, permitiendo conocer la iluminación que incide sobre una superficie. Para calcular la luminancia, la cantidad de luz que percibimos, sólo necesitamos un flujo luminoso y las cualidades de los materiales sobre los que la luz incide.

En un principio, podríamos limitar el estudio de la luz natural a su cuantificación, determinando la cantidad de lux que inciden sobre una superficie. No obstante, la variabilidad de la luz del Sol produce una percepción siempre mutable de la arquitectura, que evoca más a la calidad de la luz que a su cantidad. En este punto, la luz natural deja de ser un recurso prosaico de las investigaciones científicas para convertirse en un elemento que genera percepciones variables de la arquitectura.

Esta interpretación poética de la luz se observa en los experimentos desarrollados en los cursos de verano de la Universidad de Florida, donde utilizando modelos a escala y mediante la simulación de la luz natural, reproducen la interacción entre el espacio y la luz, provocando una percepción siempre variable.


Tras releer el Daylighting de Hopkinson et al. (Manual técnico indispensable para el estudio de la luz natural) y ver el video desarrollado por el curso de verano Daylight Thinking 2012, no dejo de pensar en las dos vertientes de estudio sobre la luz natural; ¿es un elemento que debemos cuantificar? ¿O por el contrario es sólo el medio para crear la percepción de la arquitectura?

En mi humilde opinión, considero que más que dos vertientes yuxtapuestas, la cuantificación de la luz, necesaria para determinar un confort visual, es complementaria al estudio poético de la misma, pues creo que tan necesario es percibir la belleza de las cosas como verlas bien.

Daylight thinking


Discussion about lighting

As can be seen in the technical reports, daylight can be quantified, allowing to know the light incident on a surface. To calculate the luminance, the amount of light that we perceive, we just need a luminous flux and the qualities of the materials on which the light falls.

At first, we could limit the study of daylight to its quantification by determining the amount of lux incident on a surface. However, the variability of sunlight produces a mutable perception of architecture that evokes the light quality more than quantity. At this point, daylight stops being a prosaic resource of scientific researches to become an element that generates the variable perception of architecture.

This poetic interpretation of light is observed in the experiments conducted in the summer courses at the University of Florida, where using scale models and through the simulation of daylight, students reproduce the interaction between space and light, causing ever changing perception.


After rereading the Daylighting of Hopkinson et al. (Technical Manual, indispensable for the study of daylight) and watch the video developed by the summer course Daylight Thinking 2012, I keep thinking in the two study approaches in daylight, Is it an element that we must quantify? Or on the other hand is only the means to create the perception of architecture?

In my humble opinion, I consider that more than two juxtaposed approaches, quantification of light, needed to determine visual comfort, is complementary with the poetic study of light, as I think that the sensivity of beauty is so important as a correct perception.