Grandes Maestros
Luis Barragán (1902-1988)
fue el arquitecto mexicano más importante de su tiempo y sin duda alguna, uno
de los más influyentes del siglo XX.
Tras licenciarse como
arquitecto, viajó a Francia y España, donde descubrió la arquitectura
tradicional mediterránea que tanto influiría en su arquitectura. En
consecuencia, la obra de Luis Barragán está impregnada de luz, color,
funcionalidad y tradición, todas ellas cualidades fundamentales de su
arquitectura.
En 1947 proyecta su
residencia anexa a un taller, en Tacubaya, México D.F., la cual fue declarada
por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Actualmente, su Casa-Estudio se
conserva tal y como la habitó su autor hasta 1988.
Pero vamos a lo más
importante; ¿Porqué Barragán es considerado un maestro de la luz? Esta pregunta
encuentra respuesta en su obra más emblemática: su casa estudio.
Barragán distribuye los espacios
de su vivienda de forma ordenada, manteniendo una coherencia entre todas sus
partes, pero diseñando cada estancia pensando en una iluminación diferente.
De este modo, cada
habitación se define por la luz que se percibe: la biblioteca es luminosa, el
comedor es íntimo y la luz es cálida en el salón.
Ventanal de la biblioteca
Comedor
Salón
En consecuencia, la luz
es un elemento que determina la función del espacio.
Además, Barragán cuida
especialmente la relación entre luz y color, creando diferentes percepciones a
partir de la luz reflejada en el color. Muestra de ello es el vestíbulo
distribuidor, donde el autor coloca bajo una lucerna un espejo dorado que
cumple dos funciones. Por un lado, la superficie especular permite que la luz
reflejada en el espejo alcance el fondo del vestíbulo. Por otro lado el color
dorado del espejo tiñe la luz reflejada con un color cálido, incluso cuando el
cielo está nublado.
El control de la
tonalidad de la luz, a partir de la reflexión de la luz en el color, es un
recurso muy frecuente en la arquitectura de Barragán. Otro ejemplo lo
observamos en el lucernario del mismo proyecto, donde sus paredes interiores
están pintadas en color amarillo. De esta forma, la luz que penetra por la
claraboya se tiñe, como en el ejemplo del espejo, de un color cálido.
En conclusión, no cabe
duda que Luis Barragán era un gran maestro del uso de la luz en la
arquitectura.
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