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miércoles, 17 de abril de 2013

Luis Barragán: Casa Estudio



Grandes Maestros
Luis Barragán (1902-1988) fue el arquitecto mexicano más importante de su tiempo y sin duda alguna, uno de los más influyentes del siglo XX.
Tras licenciarse como arquitecto, viajó a Francia y España, donde descubrió la arquitectura tradicional mediterránea que tanto influiría en su arquitectura. En consecuencia, la obra de Luis Barragán está impregnada de luz, color, funcionalidad y tradición, todas ellas cualidades fundamentales de su arquitectura.
En 1947 proyecta su residencia anexa a un taller, en Tacubaya, México D.F., la cual fue declarada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Actualmente, su Casa-Estudio se conserva tal y como la habitó su autor hasta 1988.

Pero vamos a lo más importante; ¿Porqué Barragán es considerado un maestro de la luz? Esta pregunta encuentra respuesta en su obra más emblemática: su casa estudio.
Barragán distribuye los espacios de su vivienda de forma ordenada, manteniendo una coherencia entre todas sus partes, pero diseñando cada estancia pensando en una iluminación diferente.

De este modo, cada habitación se define por la luz que se percibe: la biblioteca es luminosa, el comedor es íntimo y la luz es cálida en el salón.
 Ventanal de la biblioteca


Comedor

Salón


En consecuencia, la luz es un elemento que determina la función del espacio.

Además, Barragán cuida especialmente la relación entre luz y color, creando diferentes percepciones a partir de la luz reflejada en el color. Muestra de ello es el vestíbulo distribuidor, donde el autor coloca bajo una lucerna un espejo dorado que cumple dos funciones. Por un lado, la superficie especular permite que la luz reflejada en el espejo alcance el fondo del vestíbulo. Por otro lado el color dorado del espejo tiñe la luz reflejada con un color cálido, incluso cuando el cielo está nublado.


El control de la tonalidad de la luz, a partir de la reflexión de la luz en el color, es un recurso muy frecuente en la arquitectura de Barragán. Otro ejemplo lo observamos en el lucernario del mismo proyecto, donde sus paredes interiores están pintadas en color amarillo. De esta forma, la luz que penetra por la claraboya se tiñe, como en el ejemplo del espejo, de un color cálido.

En conclusión, no cabe duda que Luis Barragán era un gran maestro del uso de la luz en la arquitectura.

domingo, 7 de abril de 2013

Los materiales y la luz III: Color



Informe Técnico

Anteriormente, hemos estudiado cómo se comportan los materiales bajo la luz. En esencia, las dos cualidades de una superficie en el estudio de la iluminación son:
Reflexión: O cómo la luz es reflejada.
Reflectancia: O cuánta luz es reflejada.
Pues bien, el color es una cualidad que afecta a la reflectancia de un material. Los colores oscuros o poco brillantes, como el azul o el rojo, reflejan poca luz, mientras que los colores brillantes, como el amarillo o el turquesa, reflejan mucha luz. Como muestra podemos ver el siguiente ejemplo:


En la imagen aparecen tres esferas de diferente color; de izquierda a derecha, rojo, amarillo y azul. A continuación vamos a realizar una medición, en mapa de falso color, de la luminancia emitida por cada esfera. La luminancia es una unidad de medida en cd/m2, que representa el brillo de un objeto [1].


Como podemos apreciar, la esfera amarilla refleja mucha cantidad de luz (en este caso particular, casi 30.000 cd/m2) mientras que la esfera roja refleja mucho menos. Finalmente podemos ver que la esfera azul apenas refleja la luz.
En consecuencia, podemos afirmar que el color es determinante en la reflectancia. Para ello, representamos un gráfico donde observamos cuánta luz es capaz de emitir cada tonalidad, en tanto por ciento:


Más adelante, estudiaremos el efecto de radiación del color, determinante en el uso de la arquitectura.
Hasta la próxima.
[1] CIE: International lighting vocabulary. Commission Internationale de l’Eclairage, 2011.

viernes, 25 de enero de 2013

Los materiales y la luz II: Reflectancia



Informe Técnico

Creo conveniente introducir un segundo informe técnico, como me gusta llamarle, para concretar otra de las cualidades materiales más importantes: la reflectancia. Espero que mis lectores sean pacientes, pues el pleno entendimiento de las cualidades materiales nos permiten utilizar la luz como mejor nos convenga. En futuros artículos de iluminación de arquitectos trataré asuntos menos técnicos.

Como vimos en el informe técnico anterior, la reflexión de una superficie depende de su rugosidad y afecta directamente a la luz que se refleja. No obstante, los materiales tienen otra cualidad: la reflectancia.

En pocas palabras: la reflexión define cómo la luz es reflejada y la reflectancia indica cuánta es reflejada. Si la reflexión dependía de la rugosidad de la superficie, la reflectancia depende de su brillo.

De este modo, cuanto más oscura sea una superficie, menos refleja la luz y viceversa. Como ejemplo vemos la siguiente figura con tres esferas de diferente brillo: blanco, gris y negro:


En la imagen siguiente se representa la luz reflejada (equivalente a la luminancia, concepto que veremos en mejor ocasión) emitida por las tres esferas, en mapa de falso color. El color azul representa menos luz reflejada y el rojo más:


Como se puede observar, la esfera blanca refleja mucho más la luz que las dos esferas restantes. Esto es debido a que refleja casi toda la luz incidente y absorbe muy poca. En la esfera negra sucede lo contrario. Siempre que un haz de luz incide en una superficie, parte se absorbe y parte se refleja. Cuanta más luz se refleje, más claro se verá la superficie:


Y ahora, dos afirmaciones que parecen provenir de un razonamiento opiáceo:

1.- El blanco puro no existe. Los anuncios de lejía de la tele mentían.

Toda superficie, por brillante que sea, absorbe una mínima porción de luz. Por otro lado, el negro puro tampoco existe (salvo en la materia oscura o en los agujeros negros).

2.- La cantidad de luz reflejada es lo que determina el brillo de un objeto, no al revés. Es decir, cuando una superficie refleja mucha cantidad de luz ésta la percibimos blanca, mientras que si absorbe mucha luz parece negra.
 "Ahora entiendo porqué veo las cosas que veo"

En palabras concretas: es la luz la que define cómo vemos las cosas y no al revés.

En fin, confío en que este artículo haya sido más esclarecedor que inquietante y que anime a lectores en potencia a seguir leyendo sobre la luz en la arquitectura.

miércoles, 23 de enero de 2013

Los materiales y la luz I: Reflexión



Informe Técnico

Creo que conviene comenzar poco a poco, tratando las cuestiones elementales sobre la luz y la arquitectura. Alguno se podría lamentar porque comienzo en un nivel elemental, o quizá porque de primeras estoy aportando un enfoque muy técnico a un asunto tan poético como la luz y la arquitectura… Pero por algo hay que empezar.

El primer tema que me gustaría exponer corresponde al estudio de los materiales y su comportamiento bajo la luz. Como muchos saben y muy pocos desconocen, la luz (ya sea del cielo o de una bombilla, una fuente de luz en todo caso) incide sobre una superficie y se refleja. Gracias a la reflexión de la luz, los fotones llegan a nuestra pupila y somos capaces de identificar un objeto.

Los objetos pueden reflejar la luz de muchas formas. Cuando la luz incide en una superficie puede reflejarse en todas direcciones, creando una reflexión difusa, o de forma especular. Esta cualidad se define como reflexión del material.

La reflexión depende directamente de lo rugosa que sea la superficie donde incide la luz. Es así de simple. Cuando la superficie es totalmente lisa, la luz incidente se refleja con el mismo ángulo de incidencia. Esta reflexión se llama especular:

Por eso, en las reflexiones especulares somos capaces de ver el reflejo perfecto de nuestro rostro en un espejo o del cielo en un edificio:

La reflexión compuesta es aquella similar a la especular, donde existe una dispersión parcial de la luz debido a la rugosidad superficial:

Esta reflexión es propia de metales cepillados, donde la rugosidad es homogénea:

La reflexión difusa se produce cuando la luz que incide sobre una superficie es reflejada en todas las direcciones, siendo el rayo normal a la superficie el de mayor intensidad:

En la reflexión difusa, el ángulo de la luz incidente es completamente irrelevante. La reflexión difusa se conoce también como difusión lambertiana. Es propia de materiales muy rugosos:

Finalmente, existe un cuarto tipo de reflexión, llamada reflexión mixta. Es propia de materiales heterogéneos o con acabados variables, donde existen zonas muy pulidas con otras más rugosas:

La reflexión mixta es habitual en el granito, algunos tipos de mármol, como el travertino, y en maderas barnizadas:

Con esta breve introducción hemos podido ver cómo la rugosidad de una superficie puede afectar a la reflexión de la luz, aspecto muy determinante en el campo de la iluminación. Pronto expondré otra cualidad de los materiales, la reflectancia.

Hasta la próxima.